lunes, 28 de julio de 2014

RAPSODIA EN AGOSTO

Programa 60 (13-06-2014)


EDITORIAL

Los hijos de puta se esconden en el olvido. Justo detrás de aquel manto siniestro y oscuro, impregnado de olor a lejanía, a duda, roído por el tiempo. Después de todo, a la distancia, los grandes fuegos, tal vez sean solo grises cenizas. Esta quizás sea su arma más poderosa, el peor de los holocaustos, el disfraz más augusto. Allí cambiarán su piel lentamente y brindarán jurándote un nuevo encuentro. Cambiarán sus colores, intentarán con el blanco, se animarán al rojo o insistirán con el negro. Y nunca los sentiremos volver, nunca. Un amigo me confesó alguna vez que la memoria es la única trinchera posible. No lo sé. Observo y entiendo que se ha vestido de olvido cierto rostro de mujer, cierta palabra impúdica. Un sádico rostro de rasgos finos. Han huido a esas regiones de la geografía de mi pensamiento situaciones que han sabido causar un profundo dolor, y desde aquí espero su retorno. Está claro que esas bestias ya tienen su infierno, y es por eso que me abrazo desesperado a mis escombros. 


Dibujo en las paredes los destellos ennegrecidos de la muerte  y repito por las noches cada nombre ausente. Todavía siento la temperatura hacer arder mi cuerpo, despellejar la carne con una resistencia algodonada. Jamás se han borrado los gritos, aquellos gritos del espanto. Muchas veces no duermo por las noches esperando que alguien derribe mi puerta o la del vecino. Desearía aprender a oler a esta clase de canallas, no para la venganza, porque la venganza es para los débiles. Sino, solamente, para poder captarles a tiempo, y aunque sea, por una vez recibirlos con la guardia en alto. Quisiera poder cantarle a la muerte y lograr su temor con mis acordes y aullidos. Alertar al pueblo de aquellos cóndores que oscurecen los cielos de mis hermanos latinos. Entregaría lo que no tengo por descubrir tu cuerpo desaparecido. Ser el rapsoda que en su canción alerte a los chicos dormidos, entre sus cartones sucios de calles y de olvido, que a lo lejos vienen ellos, animales muertos de la muerte, pudriendo con su hedor cualquier brillo. Quisiera poder describir en mi rapsodia, aquella explosión de la muerte, recitar cada uno de sus versos ante los ojos de los culpables de todo ese sadismo. Serán versos calcinados, con olor a niño muerto, arderán en él las suplicas por agua, los hierros de la ciudad derretidos. Será una rapsodia oscura y espantosa. Escribiré en un solo llanto aquel texto tan vivo de muerte,  ahuyentaré al olvido, con mi rapsodia de agosto.

Lucas Itze.-

Canción elegida para la Editorial  



IMPRESIONES SOBRE RAPSODIA EN AGOSTO


Claramente no estamos ante la mejor obra del autor. En su haber encontraremos películas de una delicadeza exquisita, de una orfebrería única, que supieron darle un nombre y un apellido: Akira Kurosawa. Recuerdo sin hacer demasiado esfuerzo, aquel increíble film que se llamó Ran, basado en “El rey Lear” de nuestro amigo William Shakespeare. Todavía tengo el sabor de la perfección en sus planos, la elaboración de sus vestuarios. Luego vendrían “Los sueños” esa serie de cortometrajes profundos en su relato, amables en su relectura, de una fotografía pocas veces vista. 


Antes de estas dos, recuerdo, también, la ternura de “Dodes Ka -  Den” o del impecable tratamiento en el uso del punto de vista que se ve magistralmente aplicado en “Rashomon” La lista sigue, y es muy extensa, porque extenso era su talento. Casi al final de su carrera nos llega “Rapsodia en Agosto” haciendo una relectura de aquel episodio fatídico que todavía llora la cuidad de Nagasaki, aquel holocausto siniestro que fue La bomba de Hiroshima. En su relato, Akira, contiene las llamas de los que todavía nos envenenamos con el crimen de la inocencia, de los que vimos a los mismos culpables apretar los mismos botones pero ahora para invadir nuevos países, de los que escuchamos a aquellos canallas profesar la muerte en pos de un futuro depredador y solitario. Utilizará para este difícil acto el punto de vista de la o bachan, aquella abuela sabia y repleta de ternura. Ella vendrá a traer la tradición y se la vendrá a entregar a ellos, que son sus nietos, esos jóvenes que no hacen más que mirarla con desconfianza. Ellos tendrán también otro punto de vista, que será el de sus padres, quienes le plantearán que el futuro está en otro lado e intentarán quitar el polvo que subyace en los argumentos de la abuela. Ella les dirá con una paz sabía que la culpa de la muerte de su abuelo no la tiene Estados Unidos sino la guerra. 


Nos costará comprenderlo, pero haremos todo nuestro esfuerzo. Los padres de los chicos soñaran con Hawai y verán allí un futuro. Ella no. Preferirá su tierra, su campo, su vida. Preferirá seguir curando esas heridas, aunque tenga la certeza de que nunca sanarán, aunque ellas la lleven a la locura. Alguna vez el mismo Kurosawa nos dijo: El ser humano será más humano cuando tenga conciencia de que hay aspectos de la realidad que no puede manejar”  Me gusta pensar en un futuro donde el hombre no muera por el hombre, un futuro sin canallas depredadores. Ojala alguno de nosotros pueda verlo para así poder dejar de sentir al ver aquellas gotas caer, que el cielo está llorando.

Lucas Itze.-        

Canción post análisis   


También sonó un homenaje de Pedro Aznar


Y nos fuimos esperando que esta no sea Cualquier historia...


FICHA TÉCNICA

Título original: Hachigatsu no kyôshikyoku (Rhapsody in August)
Año: 1991
Duración: 93 min.
País: Japón
Director: Akira Kurosawa
Guión: Akira Kurosawa, Kiyoko Murata
Música: Shinichiro Ikebe
Fotografía: Shinichiro Ikebe
Reparto: Richard Gere, Fumiko Honma, Hisashi Igawa, Mitsunori Isaki, Narumi Kayashima, Sachiko Murase, Toshie Negishi, Tomoko Otakara

Argumento

Kane es una anciana cuyo marido murió en Nagasaki a causa de la bomba atómica. Mientras sus hijos se van a Hawai a visitar a un hermano de ella, sus cuatro nietos se quedan con ella en su casa rural. La idea es que después todos se vayan a la casa que tienen en Hawai, donde vive el hermano, y uno de sus sobrinos, Clark, que es más americano que japonés. Mientras los niños van conociendo Nagasaki y todo lo que dejó la bomba, los primos que viven en América les envían un telegrama ofreciendole trabajo en el campo de piñas que tienen en Hawai.
Los chicos responden el telegrama, mencionando lo ocurrido en Nagasaki, generando el enojo de los padres, quienes nuevamente en Japón, piensan que los americanos se ofenderán por dicha mención. Sin embargo, para terminar de arreglar las cosas, llega Clark, el primo americano, para quedarse con Kane hasta el día del aniversario de la bomba…


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sábado, 26 de julio de 2014

DESPUÉS DE HORA - AFTER HOURS

Programa 59 (06-06-2014)


EDITORIAL

Busqué ser una mejor persona y me embriagué. Y ante cada intento terminé siempre con la boca ácida y nuevas preguntas. Intentando acercarme a la aceptación de este complejo aparato social me discrimino por ser tan áspero y cabeza dura. Y eso que veo rostros felices. Callados pero felices de todos modos. No porque no hablen, si bien emiten palabras, aquellas simplemente no dicen nada. Puras obviedades sin sentido que lo único que consiguen es alimentar toda esta gran mentira. Me pregunto entonces: ¿Por qué será que me aterra más el silencio? ¿Será que acostumbrado a la constante marea verbal llegue a despreciar hasta un simple “te quiero”, o porque después de escuchar cientos de afirmaciones y promesas las vi desaparecer cuando tiraron de la cadena del baño? Al fin y al cabo silencio y no silencio parece la misma cosa hasta ahora, porque lo único que los diferencia es un sonido que en lugar de aclararte las cosas, te terminan aturdiendo y llevándote como a un estado hipnótico de sordera. La única certeza hasta ahora parece indicar que la bondad no es amiga de la cordura en este lugar. La sinceridad es una ruta a la soledad. La voluntad de seguir por esta senda, mi cruz. Por eso es que corro día y noche huyendo de todo que me invade como certezas pero que individualmente no logro creer. Aquella mano invisible amenaza con aplastarme si me quedo quieto. 


Me niego a abandonar los cuestionamientos y entregarme con esta ignorancia a esperar una moneda arrojada por un alma bondadosa porque estoy seguro de que eso no es bondad, lo único bondadoso en este mundo es aquel acto sexual que nos da la vida a cada uno de nosotros, el resto es pura suerte. Acepto el lugar que me tocó en esta sociedad y las reglas que están sujetas a ellas, pero de ninguna manera pienso regalar el poco tiempo que sobra para permanecer estático y quedar a la suerte de algún verdugo. Será suerte entonces mi cruz, Será este momento junto a estos locos que también sé que se resisten a aceptar determinados comportamientos que parecen dados por la naturaleza. Será suerte el próximo brindis por las palabras con sentido sólido y verdadero que las hagan perdurar más allá de esta conciencia. Y será suerte el día en que comprenda que hasta ese momento no conocía las palabras y estas al fin encuadren en un marco adecuado. Quizás ese día no se necesite decir más nada, seguramente ya no se pueda hablar, no seremos esclavos de nuestra conciencia colectiva, no habrán más sueños sin dormir y lloverá sobre nuestros pies. Por el momento habrá que conformarse con estos pequeños momentos que valen más de lo que cuestan. Por suerte ya todos conocemos aquellos lugares en donde ir a darle vida a aquellas resacas. Y también sabemos que todo aquel mundo se encuentra si uno no se queda quieto y sale a la calle a buscarlo. Pero acordáte, lo encontrarás siempre después de hora…

Alan Beneitez.

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES SOBRE DESPUÉS DE HORA


En el año 1975, Roger Waters, escribió una oscura observación que no hizo más que atormentar mi alma. En aquel puñado de palabras, de frías palabras, tan prudentes de adjetivos, tan claras de imágenes, Waters, nos describía de la siguiente manera: “Somos solamente dos almas perdidas nadando en una pecera, año tras año. Corriendo por el mismo suelo viejo. ¿Qué hemos encontrado? Los mismos viejos miedos” Varias veces, desde esta misma trinchera, hemos denunciado la existencia del plan. Lloramos abrazados, tantas veces, al descubrir su perversidad en la muerte de nuestros sueños, en la inconsistencia de nuestras promesas. Lo sentimos penetrar como un virus en nuestro cerebro, condicionando nuestras palabras, encadenando nuestro brillo, modelando mi deseo. La noche se nos hizo, por fin, ajena. El sol, repetitivo. Festejamos un destello con la alegría de una gran fogata. Entendimos, finalmente, que comunicarnos era imposible, porque preferís otras palabras, porque tus oídos lucen orgullosos los nombres de la voz autorizada, y porque quizás ya no estés ahí.  Ayer, una pared me gritaba en la cara “¿Que harías si no tuvieras miedo?”. Mi respuesta no es otra más que animarme. Animarme a mirar con tus ojos, a usar más tiempo para equivocarme. Animarme a caminar distinto, a desconfiar de mi lógica, a buscar otros barrios. Paul Hackett, interpretado por Griffin Dune en la extraordinaria película de Martin Scorsese, After Hours, es quizás, un claro ejemplo de todo esto. El film nos demostrará, claramente, la teoría marxista de la alineación


Veremos, en su devenir, las distorsiones que causa la estructura de la sociedad capitalista en la naturaleza humana. Paul, será un empleado con sus sueños devastados, anestesiado por transcurso de sus apagados días. Scorsese, recordándonos una vez más su genialidad, nos presenta ya en el comienzo del relato, la tridimensionalidad de Paul con una serie de planos precisos y claros. Recordemos aquel inicio maravilloso: El protagonista le explica el trabajo a un nuevo empleado. Este, en medio de la charla, le explica a Paul que ese trabajo es temporal para el. Comienza así una extensa explicación de sus sueños. Paul, entonces, se pierde en la contemplación de lo que es su mundo. Vemos formularios, vemos teclados, vemos, finalmente un almanaque. El plano siguiente a este último, es un primer plano de Paul. Scorssese, a través de esta yuxtaposición de planos, nos genera una triste comparación entre estos dos objetos. Luego lo veremos a Paul saliendo del trabajo, dos corpulentos empleados abrirán las pesadas puertas para liberar a los empleados en una secuencia que quizás nos recuerde aquel maravilloso cortometraje de los hermanos Lumiere “Salida de la Fábrica”, asociación que no hará mas que resignificar esta secuencia. Luego lo veremos en la soledad de su casa, aburrida de colores monocromáticos, decorada con la fealdad de cuadros estructurados. Pero habrá una esperanza, la cual vendrá de la mano de un gran amigo de esta casa. Hablo del señor Henry Miller. Paul, sumergido en el terrible hastío de su hogar, decide ir a leer a un bar, el libro será Trópico de Capricornio. Y acá estará el punto de ataque de la obra. Recuerdo aquella maravillosa frase de Miller “Pinta como quieras y se feliz”. 


La lectura de Paul, nos invitará a pensar que, quizás, el comienza a hartarse de pintar como los demás le dicen. Conocerá, en aquel bar a Marcy, quien le dejara su número de teléfono y unas ganas terribles de volver a verla. El llegará a su casa y decidirá llamarla. Será en este punto donde comenzará el verdadero viaje de Paul. El portal, en los términos de Joseph Cambell, será aquel taxi hostil que lo llevará al Soho. Luego vendrán una serie de periplos que no harán mas que demostrarle a Paul su alienación. Se chocará con una realidad alejada de ordenadores, de tristes almanaques. Se enfrentará a pasiones desmedidas, a reacciones embellecidas por la falta de cualquier lógica. Aquella realidad lo escupirá con la llegada del día, dejándole en claro que la vida no se encuentra en la fantasía de algunos pocos peligros sensatos.

Lucas Itze.-                           

Canción post análisis


Siempre tenemos un poco de mala suerte


Y nos despedimos con algo de Fito...


FICHA TÉCNICA

Título original: After Hours
Año: 1985
Duración: 94 min.
País: Estados Unidos
Director: Martin Scorsese
Guión: Joseph Minion
Música: Howard Shore
Fotografía: Michael Ballhaus
Reparto: Griffin Dunne, Rosanna Arquette, Linda Fiorentino, Bronson Pinchot, John Heard, Verna Bloom, Martin Scorsese, Teri Garr, Cheech Marin, Tommy Chong, Catherine O´Hara.

Argumento

Al finalizar su jornada laboral, Paul, un solitario empleado de una compañía de informática (Griffin Dunne), se ve envuelto en una serie de extrañas circunstancias que le llevan a uno de los peores barrios de Nueva York en el Soho, donde pierde el último metro de la noche. Así comienza una aventura urbana inquietante, fascinante y peligrosa. Primero conoce en un bar a una joven llamada Marcy (Rosanna Arquette) que lo invita a su casa. Luego de diferentes hechos, Paul empieza a pensar que todos están en su contra, y el, lo único que desea, es llegar a su casa. Aunque no la tendrá para nada fácil.


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miércoles, 23 de julio de 2014

AL FILO DE LA MUERTE - THE GAME

Programa 58 (30-05-2014)


EDITORIAL

Ventanal gigante, la arena parece más blanca y el agua, más azul. El silencio de la sala juega timidamente con el ruido de las olas del mar. El sol se posa furiosamente sobre ese cielo despejado, mientras las palmeras intentar relajarse absorbiendo esos pequeños rayos que secan su cuerpo.
A lo lejos, está Sydney, ese hermoso yate que te recuerda a tu primer amor. Mirando hacia el interior, la mesa de pool, verde como las hojas de las plantas, brilla como terciopelo.
Un televisor gigante, un equipo de música que envidiaría hasta el más famoso disc jockey y una vinoteca llena completan el cuadro.
En el medio, sentado en un sillón con un escocés en la mano, estás vos. Solo con tu vaso. Solo con la mirada perdida. Solo, esperando un llamado que diga: Feliz cumpleaños. Solo…
En ese momento empezás a recordar como llegaste a todo esto. Por tu cabeza pasan las tardes con amigos, las charlas en el bar de la esquina con una cerveza de por medio, hablando de mujeres, autos, y sueños, muchos sueños. Esos amigos a los que poco a poco fuiste alejando, cuando empezaste a convertirte en un especialista en negocios.
Recordas nuevamente ese bar, al que vos convertiste luego en un edificio tan alto como tu ego. Pensas de repente que será de la vida del viejo Elías, ese mozo que no te cobraba la última cerveza porque era invitación de la casa, y de un día para el otro, se quedó sin su trabajo de más de 30 años.


También aparece la imagen de Sydney, esa hermosa ovejero alemán a la que quisiste más que a tu propia vida, y que nadie pudo reemplazar. Buceas en tu mente y como en una película, empiezan a pasar fiestas, hoteles, reuniones, amigos, socios, mujeres de una sóla noche, viajes, playas, departamentos, oficinas… y la cámara deja de rodar cuando llega a tu primera casa. Esa que tus padres construyeron con tanto esfuerzo. Si… tu viejo al que no pudiste despedir porque estabas arreglando una sociedad por Europa… y tu vieja, a quien no ves hace dos años porque los negocios no te dejan tiempo…
Seguramente si ella tuviera el teléfono de tu casa, sería la primera en llamarte, como hacía cuando eras pequeño, pero ahora no te queda ni siquiera eso.
Hoy tenes todo lo que siempre soñaste, incluída una casa a orillas del Caribe, pero te das cuenta que algo tan simple como la felicidad, no la podes comprar con ningún tipo de moneda. Quizás tus viejos amigos, viviendo y luchándola como pueden, tienen varios de tus casilleros vacíos, pero son felices, a su modo y con lo que tienen.
Apostaste todo a la ruleta del éxito, pero te quedaste sin fichas a la hora de jugártela por vos y por los tuyos. Quizás es tiempo de barajar y dar de nuevo. Es hora de escaparle a la soledad, y empezar una nueva manera de vivir, dejando atrás los lujos y la vida de cartón. Es tu oportunidad de decidir que querés y cambiar de timón.
Es el momento de reanudar El Juego…

Marcelo De Nicola

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES SOBRE THE GAME


Intuyo que este programa, es amigo de aquella idea de que la vida es lo que sucede en donde nace el desconcierto. Entiendo, humildemente, que nada que realmente me conmueva puede emerger de esa baldosa que piso todos los días, de esa baldosa pisoteada, repleta de rituales absurdos que es mi vida cotidiana. Hubo vida, cuando tu cara se escabulló entre las tempestuosas ramas de mi existencia con la frescura de un sol naciente, y te vi por primera vez. Hubo vida cuando aparecieron ellos y desde su dulce inocencia nos obligaron a replantearnos todo. Entre los retorcidos hierros del mundo, entre los pesados adoquines de nuestros días, avanza la vida, silenciosa e implacable. Sencilla. Aquella compleja idea burguesa del poder será quizás la que nos incite, entonces, a ponerle puertas al bosque. Será aquel espíritu, tan amigo de las definiciones y los catálogos, tan gustoso de inventarios y relojes, el que busque, por sobre todas las cosas, el control. 


Descubriremos a estos caballeros invirtiendo convencidamente su tiempo en la desesperada búsqueda de datos tales como: la medida standard de algún curioso animal africano. Los veremos, quizás, memorizando absortos entre los rincones, citas textuales de autores de apellidos pomposos o recitando generosos recorridos de tranvías. Esta idea de control, de poder, será la que trabaje el film “The Game” del compañero David Fincher, mas recordado quizás por películas como “Pecados Capitales” o “El club de la pelea”. El protagonista de “The Game” o “Al filo de la muerte”, tal su nombre en Latinoamérica, Nicholas Van Orton, es un millonario representado por Michael Douglas, que lo posee todo. Será su hermano Conrad, caracterizado por el genial Sean Penn, el encargado de quebrar aquel orden aparente, que es la vida de Nicholas y dar de esta manera, inicio al conflicto del relato. El punto de ataque de la obra será el día del cumpleaños de Nicholas, quien cumplirá la misma edad que tenía su padre al suicidarse. Conrad, entonces, decidirá regalarle un sueño. Será este regalo un punto de quiebre en el protagonista ya que le quitará lo más preciado que tiene, aquello que lo hace un ser temible y lleno de confianza: su poder. Entonces, aquel que lo tenía todo, ahora, no tendrá nada. 


Se encontrará en un mundo que no responde ante sus antojos, perderá el control sobre las personas, sobre su dinero, sobre cualquier situación. Aparecerá el desconcierto y con el, tal vez, la vida. Será un periplo tras otro que lo hará descender como la Alicia de Lewis Carroll a través de un oscuro túnel que lo llevará a un mundo el cual, debido a la altura de su soberbia, a su inmensurable codicia y  ansia de control, le era completamente invisible. En aquella ceguera estará su ex esposa, quien lo mira con ojos melancólicos e intenta protegerlo como a un niño, habrá tristes recuerdos de su infancia, y estará también su hermano. Su hermano que le dirá en un abrazo sincero, te estabas convirtiendo en un imbécil  


Y nosotros, los espectadores, no haremos mas que creerle. Es muy probable que Nicholas continúe siendo un imbécil. Desde esta mesa, no hacemos mas que imaginarlo sumergido nuevamente en ese guión triste lleno de ausencias, miedos y horrendas certezas que es su vida. Lo sabemos porque hemos visto varias veces a esa clase de canalla visitar nuestros bares con el único objetivo de llevarse una anécdota que los pinte de tipos bravos ante sus amigos de rubias risas. Lo imaginamos escapándole a la vida, escondiéndose detrás de sus fríos billetes, lejos de las sorpresas y los sobresaltos. Sin entender jamás, que la vida es una moneda.-   

Lucas Itze.-

Canción post análisis


También escuchamos algo de Patricio Rey


Y nos fuimos yendo de la cama al living

              

FICHA TÉCNICA

Título original: The Game
Año: 1997
Duración: 128 min.
País: Estados Unidos
Director: David Fincher
Guión: John Brancato & Michael Ferris
Música: Howard Shore
Fotografía: Harris Savides
Reparto: Michael Douglas, Sean Penn, James Rebhorn, Deborah Kara Unger, Peter Donat, Carroll Baker, Armin Mueller-Stahl, Anna Katarina, Mark Boone Junior, Tommy Flanagan, Elizabeth Dennehy, Spike Jonze, Bob Stephenson

ARGUMENTO

Nicholas Van Orton (Michael Douglas), es un multimillonario hombre de negocios que lo tiene todo, en el día de su cumpleaños, su hermano Conrad (Sean Penn) le regala una tarjeta de invitación de CRS; una compañía que, según afirma el hermano de Nicholas, te hace la vida divertida. Nicholas descubre que la compañía ha instalado una oficina en una planta del edificio donde él trabaja. Acude allí para entender un poco más del tema y le explican que lo que le ofrecen se trata de participar voluntariamente en un juego especialmente diseñado "para que se divierta"; Nicholas accede y le someten a una serie de exámenes psicológicos y físicos de rutina, con el objeto de medir sus reacciones. Poco después de abandonar su lugar de trabajo ese día, empieza a verse envuelto en un incidente o suceso extraño tras otro, con la permanente sospecha de que tratan de capturarlo y de que todo (salvo algunas cosas), sin importar las circunstancias, parece preparado para que no pueda escapar. Una de las pocas personas que parece que no le miente es Christine, una camarera, que es quien trata de ayudarlo a escapar. Cuando va llegando el final, no se sabe que es lo real y que es lo irreal. Nicholas necesita saber como termina el juego…

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miércoles, 16 de julio de 2014

HIROSHIMA MON AMOUR

Programa 57 (23-05-2014)


EDITORIAL

La belleza de tu cuerpo. Mi sueño dormido sobre tus brazos y tus sabanas. La belleza de tu cuerpo, cubierto por el sudor del amor. Ella que amanece antes que el sol, hace tanto tiempo ya. Ella con su cuerpo frágil como lirios, con sus ojos tristes, fatigados. Su mano ahorca mi muñeca, dibuja sueños sobre mi pecho, sueños que sueñan ser promesas. Quizás un regreso, un mentiroso hasta luego, un veneno amargo. Tu boca muere erótica recorriéndome, inventándome. Tu boca me regala un nombre nuevo. Me nombra desde un lugar que no conozco, un lugar dentro mío, que no conozco. Los cuerpos proponen ritmos, ensayan caricias, arden sabrosamente. No te vayas, quédate. Quédate en esta prisión de sabanas, regálame más soles como este. No apartes tu fuego porque muero, muero solo y triste, muero de frio y de angustias, de frías angustias muero. Muero lejos de tus ojos y de tu pelo, con la peor de las muertes, el olvido. 


Se avecinan tiempos de guerra a metros de mi almohada, se aproxima un crudo invierno bajo estas sabanas cuando cruces aquel portal hacia el abismo. Mis dedos se enredan en la profundidad de tu pelo, dibujan los límites de tu espalda, aprenden omoplatos, recuerdan costillas, descienden y sonrojan tus caderas. El olvido devastará tus ojos y tu lengua, se alimentará aquel cuervo con tu nombre prohibido. Alejará para siempre tu perfume de flor recién abierta. Quizás mienta tu recuerdo, quizás me jure valor para entrar en aquel bosque oscuro armado solamente de alguna vieja anécdota. Perderé tu memoria entre las punzantes ramas muertas. Muerdo tus piernas, me alimento del más húmedo de los bocados, sacio por un instante la única sed verdadera. Me entrego pétreo ante la profundidad oscura de aquel ojo que solo sabe de la tierra. Me derramo en un espasmo de muerte necia. Caerá la bomba antes de que el sol emerja. Caerán nuestros cuerpos lejos, padeciendo la violencia. Recordaremos Hiroshima, en aquella pieza oscura, entre el silencio de las sabanas quietas. Sera Hiroshima quizás lo que quede. Será Hiroshima tu recuerdo. Hiroshima será tu nombre… Hiroshima, mi amor, en aquella tarde vieja.-

Lucas Itze.-

Canción elegida para la editorial


IMPRESIONES SOBRE HIROSHIMA MON AMOUR


“Pensaré en esta historia como en el horror del olvido” Le dice EL. EL, que no necesita nombre, entonces nunca es nombrado. Se lo dice a ELLA, ella que también es solo ella. Lo que realmente importará, hasta quizás más que ellos mismos, será el furioso amor que calcine sus huesos en Hiroshima. Ella, habrá padecido la más angustiosa y dolorosa historia de amor. Habrá padecido la pena de un amor prohibido. El encierro. La locura. Sus dedos se habrán desangrado contra los muros húmedos y mugrientos de aquella tumba que fuera el sótano del aislamiento. Será aquella desdicha tan terrible como la de la Mouchette bressoniana. Calará tan profundo en nosotros, como lo hicieran esos ojos eternamente negros. Volverá la primavera para ella un día, en un intento de olvido. Hiroshima, entonces, aparecerá tal vez como una promesa de paz. El relato comenzará de manera soberbia, brillante. Sentiremos desde el inicio aquella estela de obra maestra. Veremos imágenes dolorosas, veremos como por primera vez aquel hongo siniestro. Respiraremos su aliento a muerte. 


Confundiremos por montaje los cuerpos de los dos amantes con los cuerpos despellejados por el horror. Ella dirá con un tono monocorde, carente de entonación o puntuación, que lo ha visto todo, que ha visto todo de Hiroshima. Ha visto sus museos, sus hospitales, ha visto sus hierros retorcidos. El, en el mismo sentido, le jurará que no ha visto nada. Margerite Duras, brillante guionista del film, organizará el relato de manera no lineal. Aparecerán raccontos, entre las cervezas de los protagonistas donde se desarrollará el personaje de ella. Armaremos de a poco su tridimensionalidad, conoceremos las aberraciones de su pasado, justificaremos sus silencios y algunas negativas. De él sabremos poco. El será Hiroshima, Ella quizás la enfermera que venga a sanar el olvido. Ella dirá adiós. Ellos quedaran mirándose como sombras que se alejan. Ella se irá, y volverán a ser fulanos de nadie.- 

Lucas Itze.-

Canción post análisis


andábamos con ganas de encontrarnos...


Siempre existirá el amor después del amor



FICHA TÉCNICA

Título original: Hiroshima, mon amour
Año: 1959
Duración: 88 min.
País: Francia
Director: Alain Resnais
Guión: Marguerite Duras
Música: Georges Delerue & Giovanni Fusco
Fotografía: Sacha Vierny & Takahashi Michio (B&W)
Reparto: Emmanuelle Riva, Eiji Okada, Bernard Fresson, Stella Dassas, Pierre Barbaud

Argumento

Una joven actriz francesa está en Hiroshima, catorce años después de la bomba atómica que destruyó a la ciudad, para filmar una película sobre la paz.
Allí conoce a un japonés, y comparten horas de amor, comunicación y, sobre todo, recuerdo. Las imágenes de la memoria entreveran, por una parte, el trauma sufrido en la adolescencia por la joven, en tiempo de guerra, cuando se enamoró de un joven soldado alemán. 


Luego de que él muera antes sus propios ojos, ella fue condenada a vivir en el sótano de su propia casa.
Ella recuerda en cada imagen de su nuevo amante, a su viejo amor. Pero pronto debe volver a su Francia natal, y aunque el no quiera, llegará el momento de despedirse…

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martes, 15 de julio de 2014

AGUIRRE, LA IRA DE DIOS - AGUIRRE DER ZORN GOTTES

Programa 56 (16-05-2014)


EDITORIAL

¿Cuándo dejaremos de naturalizar esta absurda y mentirosa idea de la civilización? Me niego a llamarlo de esta manera por las raíces despojadas de su tierra, por los océanos, que ahora son más de lágrima y mugre que de agua. Porque en este lugar, las únicas montañas que veo son de concreto y en ellas crecen pobres victimas alienadas. Son rocas, que pudiendo evitarlo, se dejan dinamitar y regalan los metales preciosos que llevan dentro. Olvidando sus doradas capacidades dejan correr su vida con ríos de carcajadas artificiales y llorando monedas de 5 centavos. Esta es la civilización que nos regalaron en nombre de Dios. ¿y quiénes serán capaz de refutar eso? ¿Cómo romper con una idea que esta tan arraigada y sujeta en lo más profundo de nuestras conciencia colectiva? ¿Cómo triunfa la vida ante un rifle cargado y validado por la máxima autoridad? Sera cuestión de empezar a aceptar que nos equivocamos y aprender de ello. De buscar hacia atrás confesiones que sirvan para comenzar a construir, de una vez por todas, cosas a favor de la vida. 


La siguiente cita puede servir como ejemplo:
En Cuzco en el 1589, el último sobreviviente de los conquistadores originales del Perú, Don Mancio Serra de Leguisamo, escribió en el preámbulo de su testamento lo siguiente:
“Encontramos estos reinos en tal buen orden, y decían que los incas los gobernaban en tal sabia manera que entre ellos no había un ladrón, ni un vicioso, ni tampoco un adultero, ni tampoco se admitía entre ellos a una mala mujer, ni había personas inmorales. Los hombres tienen ocupaciones útiles y honestas. Las tierras, bosques, minas, pastos, casas y todas las clases de productos eran regularizadas y distribuidas de tal manera que cada uno conocía su propiedad sin que otra persona la tomara o la ocupara, ni había demandas respecto a ello... el motivo que me obliga a hacer estas declaraciones es la liberación de mi conciencia, ya que me encuentro a mí mismo culpable. Porque hemos destruido con nuestro malvado ejemplo, las personas que tenían tal gobierno que era disfrutado por sus nativos. Eran tan libres del encarcelamiento o de los crímenes o los excesos, hombres y mujeres por igual, que el indio que tenía 100,000 pesos de valor en oro y plata en su casa, la dejaba abierta meramente dejando un pequeño palo contra la puerta, como señal de que su amo estaba fuera. Con eso, de acuerdo a sus costumbres, ninguno podía entrar o llevarse algo que estuviera allí. Cuando vieron que pusimos cerraduras y llaves en nuestras puertas, supusieron que era por miedo a ellos, que tal vez no nos matarían, pero no porque creyeran que alguno pudiera robar la propiedad del otro. Así que cuando descubrieron que teníamos ladrones entre nosotros, y hombres que buscaban hacer que sus hijas cometieran pecados, nos despreciaron.”
Creo que en este tipo de actitudes es en donde se encuentra Dios. Creo en seguir en esa dirección, cultivando sonrisas, conquistando corazones, creyendo en aquellos ojos sinceros e inocentes. Cosechando los frutos de estar rodeado con las personas adecuadas. Sé que mi aldea es adepta a esas mismas creencias y los que habitan allí todavía saben regalarse cielos y hasta construirlos. Las puertas estarán abiertas dentro de este mundo en el que hay quienes sufren y son víctimas mientras que otros disfrutan del poder de la Ira de Dios….

Alan Beneitez

Canción elegida para la editorial


IMPRESIONES SOBRE AGUIRRE, LA IRA DE DIOS


Gimen los pies maltratados, la fe permanece sorda” escribió alguna vez el gran Nicomendes Santa Cruz. En esas palabras escuchamos todavía el ruido a cadenas arrastrándose sobre las plantas de un frondoso bosque. Todavía escuchamos la palabra de dios esclavizando almas, justificando el dolor, sirviendo un banquete repleto de muerte y miseria. Vemos la sangre derramada sobre aquella tierra donde antes crecían flores. Vemos culturas devastadas y oímos al viento quejarse en un silbido atroz, recordándonos eso de que el hombre es el lobo del hombre. Descubrimos en todo aquello la mano de la ambición, que como un fuego lleno de rabia devasta todo a su alrededor. Será la ambición la fuerza que movilice al personaje de Aguirre, protagonista del film de Herzog.


El mismo protagonista se definirá como “la ira de dios” y aclarará en un pequeño monólogo que si su deseo es que los pájaros caigan de los árboles, los pájaros caerán. Y el film no se privará de mostrarlo. El primer pájaro será la corona que lo llevo a esas tierras, luego seguirá el mismo Pizarro y continuará con cuanto hombre se interponga en su paso. La película contará con una puesta en escena que muchas veces nos dará la impresión de estar frente a un documental.
Trabajará con locaciones naturales lo que sumará de manera invaluable al dramatismo del relato. La puesta de cámaras estará supeditada a este irregular escenario lo que forzará algunas de las composiciones de planos. Lejos de detenerse frente a este contratiempo, Herzog lo utiliza dramáticamente logrando en el espectador la construcción de un verosímil  sólido, recreando un mundo vivo y tan salvaje como la ira del propio Aguirre. 


Sentiremos el ahogo que genera aquella selva interminable, transitaremos el desánimo de los personajes al no ver luz al final del camino. El futuro de aquella expedición, representado quizás por el personaje de la hija del protagonista, morirá junto con ella cuando una flecha arrojada desde la nada atraviese su joven cuerpo. Será el triunfo de la selva. Será el triunfo del sometido sobre la tiranía y el aniquilamiento colonialista. Y lo disfrutaremos. Veremos alejarse aquella balsa derrotada, vacía por la misma muerte que quienes la tripulaban querían imponer. Será aquella balsa vacía, una metáfora de la victoria peruana, una bella metáfora dentro de un poema más grande soñado por quienes hoy forman esta mesa, un poema salvaje y revolucionario que nos hable de aquella patria grande, que nos hable de América Latina.- 

Lucas Itze.- 

Canción post análisis


Divididos nos dejó esta historia


También seguimos esperando fumar de la pipa de la paz


Y nos fuimos, esperando saber a donde estará la libertad...

      
FICHA TÉCNICA

Título original: Aguirre der Zorn Gottes
Año: 1972
Duración: 94 min.
País: Alemania del Oeste
Director: Werner Herzog
Guión: Werner Herzog
Música: Popol Vuh
Fotografía: Thomas Mauch
Reparto: Klaus Kinski, Helena Rojo, Del Negro, Ruy Guerra, Peter Berling, Cecilia Rivera, Dany Ades, Armando Polanah

Argumento

Siglo XVI. Los soldados Españoles a las ordenes Don Gonzalo de Pizarro prosiguen su destructor paso por Sudamérica, ordenando la conquista de El Dorado, y le da el comando de la misión a Pedro de Arzúa. Luego de pasar por ríos del Amazonas, la expedición se encuentra exhausta debido a los insectos, la maleza y el barro que hacen cada vez más difícil la misión. Es entonces cuando aparece Aguirre, quien toma el mando, y manda a asesinar a Arzúa, y dejando como líder a Fernando de Guzmán.
La locura por tener más riqueza y poder, hace que Aguirre descargue su ira con todos, y con su tropa perdida en un Amazonas sin poder retornar, dando vueltas en una balsa que desarma poco a poco, quedando a merced no sólo de los indígenas, sino también de las enfermedades y el hambre…